martes, 29 de abril de 2014

Indicadores de éxito en el aula

El alumno y su éxito en el aula es nuestro objetivo a alcanzar. Pero lógicamente dada la diversidad de comportamientos y actitudes ante las tareas escolares y el ámbito escolar en general, debemos marcar unas pautas que tiendan a paliar todo lo posible el déficit de atención y la hiperactividad.

Nuestro punto de partida ha de ser la ubicación del alumno en el aula, puesto que pretendemos minimizar todo aquello que lo distraiga y le aparte del desarrollo de las actividades. Así, su lugar idóneo sería la primera fila, cerca del profesor y el encerado. También es muy importante situarle cerca de un compañero que pueda echarle una mano, que le sirva de tutor, para reforzar las explicaciones e indicaciones del profesor.

El desarrollo de las clases deberá seguir una cierta rutina, para que el alumno pueda prever las distintas situaciones a encontrar. Deberíamos indicar con instrucciones claras y sencillas cuál va a ser el guión o estructura de la clase.

Procuraremos estructurar las tareas en tiempos cortos, no superiores a media hora, para intentar no cansarlos, y todo lo variadas que sea posible, empezando por las más básicas y pasando a otras de complejidad progresiva.

Intentaremos fomentar el aprendizaje por descubrimiento y/o deducción, obviando las clases magistrales en las que los contenidos son largos e implican una atención continuada. Nos parece relevante incluir todos aquellos elementos visuales que capten y llamen su atención.

Tendremos que asegurarnos en repetidas ocasiones que el alumno sigue bien las explicaciones del profesor o bien la realización de las actividades correspondientes.

También se incluirán actividades en pequeños grupos, semanal o quincenalmente, donde se buscarán compañeros que le ayuden tanto a la integración social como al aprendizaje en sí mismo.

Las Nuevas Tecnologías deberían formar parte cotidiana de nuestras clases, puesto que son más motivadoras y atractivas para este tipo de alumnos.

Por lo que se refiere a los materiales, intentaremos que su mesa tenga sólo lo necesario (libro de texto y/o de actividades, cuaderno, estuche y agenda) y que lo mantenga en orden.
Anotaremos las tareas a realizar en el encerado, asegurándonos de que el alumno tome nota en su agenda.

Tendremos que intentar captar su atención en diversos momentos de la clase para asegurarnos de que nos sigue, pidiéndole que corrija algún ejercicio, o simplemente acercándonos a supervisar lo que hace. Valoraremos sus logros, por muy pequeños que sean, frente a él y a la clase, evitando insistir en lo que hace mal.


Todas estas aportaciones aparecen simplificadas en la siguiente infografía:




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