La familia y centro educativo
deben colaborar juntos en el proceso de aprendizaje, para que el alumnado con TDAH alcance un
desarrollo adecuado tanto a nivel cognitivo, social y competencial, al igual que
el resto de sus compañeros. Ninguna de las dos partes debe actuar independientemente
porque ambos son pilares fundamentales en la vida escolar de cualquier alumno y
más si cabe de éstos.
El Departamento de Orientación y
el tutor deberán estar en permanente contacto: al comienzo del curso, para
informar de las dificultades detectadas y su repercusión en el aprendizaje del
alumno. Para ello, se deben planear conjuntamente unos objetivos realistas, con
las consiguientes medidas de intervención que se van a llevar a cabo. Posteriormente,
para revisar dichos objetivos e informarles del rendimiento escolar, su
conducta y las relaciones con sus compañeros.
Se puede considerar la agenda
como vehículo fundamental de comunicación entre ambas partes. El profesor se
asegurará de que el alumno tome nota de las tareas a realizar y los padres
deberán controlar su realización. Servirá, asimismo, para informar de avances o
puntos negativos a mejorar.
En esta infografía que se
presenta a continuación, se esquematiza los aspectos generales:
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